miércoles, 30 de noviembre de 2011

Intenciones del Papa: Diciembre 2011


Diciembre 2011

A partir de este nuevo año litúrgico vamos a seguir compartiendo un breve comentario mensualmente que replica la síntesis que se entrega en la pequeña hojita que distribuimos en papel.  Esperamos sea un incentivo a orar por las intenciones de nuestro Pastor, y a hacerlo con más conciencia de los problemas por los que se nos pide orar.

Intención General: Para que todos los pueblos de la tierra crezcan en la concordia y la paz por medio del conocimiento y el respeto mutuos.

Intención Misional: Para que los niños y jóvenes sean mensajeros del Evangelio y para que su dignidad sea siempre respetada y preservada de toda violencia y explotación.

Reflexión

Intención general

El deber de respetar la dignidad de El deber de respetar la dignidad de cada ser humano, en el cual se refleja la imagen del Creador, comporta como consecuencia que no se puede disponer libremente de la persona. Quien tiene mayor poder político, tecnológico o económico, no puede aprovecharlo para violar los derechos de los otros menos afortunados. En efecto, la paz se basa en el respeto de todos. Consciente de ello, la Iglesia se hace pregonera de los derechos fundamentales de cada persona. En particular, reivindica el respeto de la vida y la libertad religiosa de todos. El respeto del derecho a la vida en todas sus fases establece un punto firme de importancia decisiva: la vida es un don que el sujeto no tiene a su entera disposición. Igualmente, la afirmación del derecho a la libertad religiosa pone de manifiesto la relación del ser humano con un Principio trascendente, que lo sustrae a la arbitrariedad del hombre mismo. El derecho a la vida y a la libre expresión de la propia fe en Dios no están sometidos al poder del hombre. La paz necesita que se establezca un límite claro entre lo que es y no es disponible: así se evitarán intromisiones inaceptables en ese patrimonio de valores que es propio del hombre como tal. 

Un elemento de importancia primordial para la construcción de la paz es el reconocimiento de la igualdad esencial entre las personas humanas, que nace de su misma dignidad trascendente. En este sentido, la igualdad es, pues, un bien de todos, inscrito en esa “gramática” natural que se desprende del proyecto divino de la creación; un bien que no se puede desatender ni despreciar sin provocar graves consecuencias que ponen en peligro la paz. Las gravísimas carencias que sufren muchas poblaciones, especialmente del Continente africano, están en el origen de reivindicaciones violentas y son por tanto una tremenda herida infligida a la paz.


Comentario Pastoral

No hay relación de amor o concordia (que significa literalmente "con-corazón”) sin conocimiento y respeto mutuo. No se ama verdaderamente lo que no se conoce verdaderamente. No se conoce verdaderamente lo que no se respeta en la igualdad y en la diferencia de un modo que de vida a todos. La reconciliación es necesaria cuando esta relación mutua de conocimiento profundo y de respeto discernido es rota. La reconciliación es una de las tareas que se presenta siempre como desafío en el corazón de cada cristiano, cada familia y grupo social, entre pueblos y naciones.

La oración es ponerse en contacto directo con la fuente de amor divino que es capaz de perdonar lo imperdonable... y así sanar toda herida de división e injusticia. En el amor insondable de Dios, misteriosamente, toda reconciliación es posible. Esa es nuestra fe y esperanza, esa es nuestra alegría. No es el odio el que tiene la última palabra sino el Amor y la Paz.

PRIMER VIERNES

Viernes 02 de diciembre


Textos Bíblicos para la Celebración

Sal 85, 10-13 La Justicia y la paz se besarán
Ef 2, 14-22
Mt 5,9

Intención misional:

La imagen del Niño Jesús, con la ternura de su infancia, nos permite además percibir la cercanía de Dios y su amor. Comprendemos lo preciosos que somos a sus ojos porque, precisamente gracias a él, nos hemos convertido a nuestra vez en hijos de Dios. Todo ser humano es hijo de Dios y por lo tanto hermano nuestro y, como tal, debe ser acogido y respetado. Que nuestra sociedad comprenda esta realidad. Entonces cada persona sería valorada no por lo que tiene, sino por lo que es, pues en el rostro de cada ser humano, sin distinción de raza ni de cultura, brilla la imagen de Dios.

Esto vale sobre todo para los niños. En el Santo Niño de Praga contemplamos la belleza de la infancia y la predilección que Jesucristo siempre manifestó hacia los pequeños, como leemos en el Evangelio (cf. Mc 10, 13-16). ¡Cuántos niños, en cambio, no son amados ni acogidos ni respetados! ¡Cuántos son víctimas de la violencia y de toda forma de explotación por parte de personas sin escrúpulos! Que se reserve a los menores el respeto y la atención que se les debe: los niños son el futuro y la esperanza de la humanidad.

Deseo ahora dirigiros unas palabras en particular a vosotros, queridos niños, y a vuestras familias. Habéis venido en gran número a encontraros conmigo y os lo agradezco de corazón. Vosotros, que sois los predilectos del corazón del Niño Jesús, corresponded a su amor y, siguiendo su ejemplo, sed obedientes, amables y caritativos. Aprended a ser, como él, el consuelo de vuestros padres. Sed verdaderos amigos de Jesús y recurrid a él siempre con confianza. Rezadle por vosotros mismos, por vuestros padres, familiares, maestros y amigos, y rezadle también por mí. Gracias de nuevo por vuestra acogida y de corazón os bendigo, mientras invoco sobre todos la protección del Santo Niño Jesús, de su Madre Inmaculada y de San José. 


Ofrecimiento Diario

Sagrado Corazón de Jesús
Por el Corazón Inmaculado de María
me consagro a tu Corazón
y me ofrezco contigo al Padre
en tu santo sacrificio del altar,
con mi oración y mi trabajo,
sufrimientos y alegrías de hoy,
en reparación de nuestros pecados
y para que venga a nosotros tu Reino.

Te pido en especial por el Papa y sus intenciones
por nuestro Obispo y sus intenciones
por nuestro Párroco y sus intenciones

Amén.

SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS EN VOS CONFÍO


Director: Pbro. José Ángel Durán Guzmán
Correo Electrónico AO - Tibás: aotibas@gmail.com

domingo, 27 de noviembre de 2011

Navidad en familia: I Domingo de Adviento 2011



Este tiempo de Adviento que iniciamos hoy, la Iglesia en la Arquidiócesis de San José, nos propone vivir una Navidad en familia.  Este camino nos hace retomar el concepto de familia cristiana en un mundo que no sabe ya qué es una familia, y nos invita a vivir unas "felices fiestas" en lugar de una "feliz Navidad" para dejar de lado el misterio que celebramos, el evento más trascendente en la historia de la humanidad que ha marcado un antes y un después: la Natividad de Dios.  Dios nació como uno de nosotros.

Este camino lo vamos a vivir en nuestra Parroquia San Juan Bautista, a través de la corona de Adviento.  Cada domingo avanzaremos con la Oración en torno a la Corona de Adviento.

Oración en torno a la Corona de Adviento


Motivación

Se ha pasado el año...¡qué rápido se fue!

¿No les parece como que fue ayer que celebramos la Navidad?  pues bien, aquí estamos otra vez frente a una nueva oportunidad, dispuestos a vivir de nuevo, con mayor conciencia y significado este tiempo dque la Iglesia nos propone.

Adviento 2011

El adviento consiste en un tiempo de preparación para el nacimiento de Cristo.  Su duraciíon es de 21 a 28 días, dado que se celebran los cuatro domingos más próximos a la festividad de la Navidad.  Para los cristianos, este es un tiempo de reflexión y de perdón para renovar la esperanza en la segunda venida de Cristo Jesús.

La Corona de Adviento

Cada año la Iglesia invita a las familias a preparar la corona de Adviento, pero no como un adorno para la mesa, para sentirnos en "Navidad" o para que huela a ciprés fresco; el primer objetivo de la corona de Adviento es orar en familia.

Los elementos

Circular.  La corona es un círculo, no tiene principio ni fin.  Es señal del amor de Dios que es eterno. 
Verde.  Está hecha de ramas verdes que simbolizan la esperanza y la vida, ejes fundamentales de la fe cristiana.
Velas.  Debe llevar cuatro velas, tres moradas que simbolizan la espera, la penitencia y el perdón; y una color rosado, que simboliza la alegría y gozo.

Cada familia la decora a su gusto, se lleva a bendecir los primeros domingos de Adviento y se coloca en el centro de la mesa del comedor para orar en familia diariamente, de manera especial cada domingo.

La oración en torno a la corona

Este año la propuesta en torno a este signo es dedicar la oración no solo por las intenciones de nuestra propia familia, sino también, por las necesidades, anhelos e intenciones de otra familia que elijamos (adoptemos espiritualmente una familia).

Esta familia elegida puede ser pariente o no, pueden ser amigos, conocidos, y pueden saber o no que estamos orando por ellos.  Por ejemplo, tenemos una familia amiga que está afrontando la enfermedad de uno de sus hijos, si deseamos compartirle el hecho que estamos orando por ella, se puede hacer.

Si hemos elegido una familia con la que no tenemos contacto frecuente, ya sea porque recién los conocimos, o los vimos solamente una vez, no es necesario que ellos sepan que oramos por sus intenciones y necesidades espirituales y materiales.  Para vivir el Adviento este año, la Arquidiócesis de San José propone el siguiente esquema para cada domingo, que nos guiará en los momentos de reflexión y oración.

Primer Domingo de Adviento: El Amor familiar

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Se apagan las luces.  Se lee el texto del Evangelio según San Juan 3, 7 -11

"No te extrañes de que te haya dicho: 'Ustedes tienen que renacer de lo alto'. El viento sopla donde quiere: tú oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu". "¿Cómo es posible todo esto?", le volvió a preguntar Nicodemo. Jesús le respondió: "¿Tú, que eres maestro en Israel, no sabes estas cosas? Te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. "
Compartir comentarios entre los presentes

Oración

Que esta oración nos ayude a perparar los corazones de cada uno de los que formamos esta familia y los miembros de la familia ____________________________ (se menciona los apellidos de la familia elegida, ej. Familia Rojas Marín) para tu llegada el día de Navidad.

Vela

Se enciende la primera vela y se presenta la petición por la familia que hemos elegido. 

Reflexión

En silencio cada uno ora por la intención.  Si los miembros de la familia lo desean, pueden hacer su propia petición.

Acción de gracias

Oh Dios, que en la Sagrada Familia nos dejaste un modelo perfecto de vida familiar vivida en la fe y la obediencia a tu voluntad, te damos gracias por nuestra familia y por la familia ________________________.  Concédenos la fuerza para permanecer unidos en el amor, la generosidad y la alegría de vivir juntos.  Ayúdanos en nuestra misión de transmitir la fe que recibimos de nuestros padres.  Abre el corazón de nuestros hijos para que crezca en ellos la semilla de la fe que recibieron en el bautismo.  Fortalece la fe de nuestros jóvenes, para que crezcan en el conocimiento de Jesús.  Aumenta el amor y la fidelidad en todos los matrimonios, especialmente aquellos que pasan por momentos de sufrimiento o dificultad.  Derrama tu gracia y tu bendición sobre todas las familias del mundo.  Unidos a José y María, te lo pedimos por Jesucristo tu Hijo, nuestro Señor.  Amén.

Oración final

Dios Padre, gracias por darnos una familia.  Te pedimos que, ahora que comienza el Adviento, en nuestra familia y en la familia _________________________ podamos demostrarnos el amor que nos tenemos y vivamos cada día más unidos.  Te pedimos llenar nuestro hogar y el hogar de la familia __________________________ de tu amor divino.  Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.  Amén.

Final

Todos los miembros de la familia se toman de la mano y rezan juntos el Padre Nuestro.  Se encienden las luces.

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viernes, 18 de noviembre de 2011

Coronilla de Reparación al Corazón Eucarístico de Jesús



Cuando nos sentimos agradecidos, sentimos un gran impulso de hacer algo bueno por esa persona.  Sabemos que muchas veces, nuestro regalo no compensa de ninguna manera el favor recibido, sin embargo, queremos expresar de esa forma nuestro agradecimiento. 

Queremos compartir que hoy ofrecemos las témporas de acción de gracias, y en la homilía se meditó el pasaje de la curación de los diez leprosos. Jesús nos enseña que pedirle y obtener de Dios, es sólo una parte de la fe.  Debemos trascender en el amor.  Dando gracias el leproso que regresa recibe la salvación.  Los otros ya viéndose sanados se olvidaron de ir al Templo o de agradecer a su benefactor.  

¿Cuántas veces se nos olvida que todo es don de Dios? nuestro, sólo el pecado. ¿Qué otra forma más sencilla de agradecer, que amar?

Hoy proponemos hacer reparación.  Reparar significa recompensar con mayor amor por el fracaso en el amor a causa del pecado; significa restaurar la que fue injustamente tomado y compensar con generosidad por el egoísmo que causó la injuria. Tomado de: Corazones.org  Jesús está presente en el Santísimo Sacramento visible y expuesto, dando amor.  ¿Qué respuesta recibe de nosotros?

En este mundo que va de escándalo en escándalo, poco hacemos si no ponemos remedio.  Este ejercicio espiritual de reparar el daño que otros cometen o que uno mismo hace por faltar al amor, es uno de los rasgos característicos de la Devoción al Sagrado Corazón de Jesús.  Él le dijo a Santa Margarita de Alacoque: "He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres no recibe nada más que ingratitud, irreverancia y desprecio, en este sacramento de amor".  Podemos ofrecer esta pequeña oración, especialmente en preparación a la Solemnidad de Cristo Rey que celebraremos el domingo.


Coronilla de Reparación al Corazón Eucarístico de Jesús


Vosotras almas reparadoras estáis llamadas a reparar todo desdén, todo irrespeto, toda irreverencia que recibo en mi dulce prisión de amor Divino.

Vosotras, almas reparadoras: repetid desde la profundidad de vuestro corazón las dos oraciones de Fátima, oraciones que son actos sublimes de reparación.

Uníos al apostolado de la reparación.

En vez del Padre Nuestro decid:

Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación de las ofensas, sacrilegios e indiferencias con los que Él es ofendido.  Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pecadores.

En vez de las diez Ave Marías:

¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo! Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan, no te aman.

En vez del Gloria:

Por siempre sea adorado, mi Jesús Sacramentado.

Al final de la coronilla se dice tres veces:

Corazón agonizante de Jesús, reparo toda irreverencia contra vuestro Corazón Eucarístico.


viernes, 11 de noviembre de 2011

Hay que elegir amar



Meditar en la vida de Jesucristo debe ser nuestra máxima preocupación (Imitación de Cristo, 1,1).  ¿Para qué?  También nos lo dice T. de Kempis: "la enseñanza de Cristo es superior a la de todos los santos, y quien posea su espíritu encontrará en ella un maná escondido.  Pero acontece que muchos, auqnue escuchen con frecuencia el Evangelio, sienten poco deseo de practicarlo, porque no tienen el espíritu de Cristo.  Por lo tanto, el que quiera  comprender y saborear plenamente las palabras del Maestro debe asimilar toda su vida a la de Cristo." (Imitación de Cristo, 1, 2).

¿Cuál es el Espíritu de Cristo? ¿A qué lo conduce? sólo a amar, en todo momento a amar.  Porque amando cumple perfectamente la voluntad del Padre.  Y es a eso nada menos, a lo que estamos llamados.  

¿Por qué nos cuesta tanto darnos cuenta de que vivimos sin tener o seguir el espíritu de Cristo?  Hace unos días durante la formación parroquial de los primeros lunes, que nos explicaba la importancia del domingo para los cristianos, su referente histórico y el compromiso que encierra recibir a Cristo e ir a comunicarlo con obras de misericordia; un servidor un poco estupefacto reconocía que era la primera vez que se le presentaba esta enseñanza.  El domingo hay que vivirlo yendo a misa y haciendo obras de misericordia en consecuencia.  

Esto nos deja una gran enseñanza.  Podemos estar viviendo nuestro cristianismo sin evidencias concretas del amor a nuestros hermanos. Incluso podemos estar sirviendo muchos años a la Iglesia y no haber comprendido el compromiso que nos exige el amor.  Hay que disponernos a amar.  Hay que elegir amar.  Constantemente.

Para reflexionar:

¿En qué me comprometo diariamente a expresar mi amor? ¿Cuál obra de misericordia nunca he practicado?