miércoles, 24 de marzo de 2010

La confesion y examen de conciencia


Nos preparamos para la Liturgia Penitencial, entonces es indispensable examinarnos y ver nuestras acciones, pensamientos y omisiones que hemos cometido desde la última vez que nos confesamos.  Nos confesamos en el Sacramento de la Reconciliación.

El objetivo de confesarse antes y no, durante la Semana Santa, es vivir plenamente los días Santos y disponer el corazón al Señor que nos salva, así que es muy importante aprovechar este día para realizar nuestra reconciliación con Él (El Precursor edición especial Semana Santa, #6, 2010).

Oración antes del examen de conciencia

Señor y Dios mío, que investigas los corazones y conoces las conciencias de los hombres: dame la gracia de examinar sinceramente y conocer verdaderamente la mía, de manera que descubra todas las malicias y pecados, para que confesándolos bien todos, y enmendándome de ellos, merezca tu perdón y gracia en la tierra y la entrada de la gloria en el cielo.  Por Nuestro Señor Jesucristo.  Amén
(Nuevo Devocionario, Pbro. José Luis Urritia S.J.)


GUÍA PARA EL EXAMEN DE CONCIENCIA

1. Cumplir con cada una de las partes de la Confesión:

a) Examen de Conciencia
b) Dolor de corazón
c) Propósito de enmienda
d) Confesión de boca
e) Satisfacción de obra

2. Tener presente la forma de confesarse:

a) Rito inicial:

Sacerdote: Ave María Purísima
Penitente: Sin pecado concebida. Bendígame padre porque he pecado. Hace … que hice mi última confesión. Mis pecados son los siguientes…

b) Cuerpo del sacramento

- El penitente confiesa sus propios pecados,
- escucha después la palabra del sacerdote;
- acepta la obra de penitencia que le es propuesta para satisfacción de sus pecados y para enmienda de su vida,
- manifiesta su arrepentimiento recitando el ACTO DE CONTRICCIÓN con la siguiente fórmula:

Señor Jesús, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
reconcíliame con el Padre por la gracia del Espíritu Santo;
purifícame de todos mis pecados
y haz de mi un hombre nuevo. Amén.
 
- finalmente el sacerdote da la absolución al penitente.

c) Despedida

Sacerdote: El Señor ha perdonado tus pecados. Vete en paz.

Examen de Conciencia

Examínate —ayudado por estas preguntas— ¿qué pecados has cometido desde tu última confesión? Trata de no quedarte en lo exterior, sino en las actitudes del corazón y las omisiones.

RUPTURA CON DIOS:

¿Amo en verdad a Dios con todo mi corazón o vivo más pegado a las cosas materiales?
¿Me he preocupado por renovar mi fe cristiana a través de la oración, la participación activa y atenta en la misa dominical, la lectura de la Palabra de Dios, etc.? ¿Guardo los domingos y días de fiesta de la Iglesia? ¿He cumplido con el precepto anual de la confesión y la comunión pascual?
¿Tengo una relación de confianza y amistad con Dios, o cumplo solamente con ritos externos?
¿He profesado siempre, con vigor y sin temores mi fe en Dios? ¿He manifestado mi condición de cristiano en la vida pública y privada?
¿Ofrezco al Señor mis trabajos y alegrías? Recurro a Él constantemente, o ¿sólo lo busco cuando lo necesito?
¿Tengo reverencia y amor hacia el nombre de Dios o le ofendo con blasfemias, falsos juramentos o usando su nombre en vano?

RUPTURA CONMIGO MISMO:

¿Soy soberbio y vanidoso? ¿Me considero superior a los demás?
¿Busco aparentar algo que no soy para ser valorado por otros? ¿Me acepto a mi mismo, o vivo en la mentira y el engaño? ¿Soy esclavo de mis complejos?
¿Qué uso he hecho del tiempo y de los talentos que Dios me dio? ¿Me esfuerzo por superar los vicios e inclinaciones malas como la pereza, la avaricia, la gula, la bebida, la droga?
¿He caído en la lujuria con palabra y pensamientos impuros, con deseos o acciones impuras?
¿He realizado lecturas o asistido a espectáculos que reducen la sexualidad a un mero objeto de placer?
¿He caído en la masturbación o la fornicación? ¿He cometido adulterio?
¿He recurrido a métodos artificiales para el control de la natalidad?

RUPTURA CON LOS HERMANOS Y CON LA CREACIÓN:

¿Amo de corazón a mi prójimo como a mi mismo y como el Señor Jesús me pide que lo ame?
¿En mi familia colaboro en crear un clima de reconciliación con paciencia y espíritu de servicio? ¿Han sido los hijos obedientes a sus padres, prestándoles respeto y ayuda en todo momento? ¿Se preocupan los padres de educar cristianamente a sus hijos y de alentarlos en su compromiso de vida con el Señor Jesús?
¿He abusado de mis hermanos más débiles, usándolos para mis fines?
¿He insultado a mi prójimo? ¿Lo he escandalizado gravemente con palabras o con acciones?
Si me han ofendido, ¿sé perdonar, o guardo rencor y deseo de venganza?
¿Comparto mis bienes y mi tiempo con los más pobres, o soy egoísta e indiferente al dolor de los demás? ¿Participo de las obras de evangelización y promoción humana de la Iglesia?
¿Me preocupado por el bien y la prosperidad de la comunidad humana en la que vivo o me paso la vida preocupado tan sólo de mi mismo? ¿He cumplido con mis deberes cívicos? ¿He pagado mis tributos?
¿Soy envidioso? ¿Soy chismoso y charlatán? ¿He difamado o calumniado a alguien? ¿He violado secretos? ¿He hecho juicios temerarios sobre otros?
¿Soy mentiroso?
¿He hecho algún daño físico o moral a otros? ¿Me he enemistado con odios, ofensas o peleas con mi prójimo? ¿He sido violento?
¿He procurado o inducido al aborto?
¿He sido honesto en mi trabajo? ¿He usado rectamente de la creación o he abusado de ella con fines egoístas? ¿He robado? ¿He sido justo en la relación con mis subordinados tratándolos como yo quisiera ser tratado por ellos? ¿He participado en el negocio o consumo de drogas? ¿He caído en la estafa o el fraude?
¿He recibido dinero ilícito?

Pasos para una buena confesión

domingo, 21 de marzo de 2010

V Domingo de Cuaresma 2010


Cerramos este camino con una reflexión en el último domingo de Cuaresma, en preparación a la Semana Santa y la Pascua de Resurrección.  Durante esta semana se nos propone: ser comprensivo con los errores de los demás.  Y es que el propósito, debemos irlo viviendo ahí, justo cuando es más difícil, en esos continuos momentos donde encontramos la realidad humana.  Cometemos errores.  Muchos, a cada rato, y es facilísimo caer en la tentación de señalarlos.  Especialmente cuando los cometen los demás.  De señalárselos al otro. 
 
En esta semana, el ejercicio es examinarnos.  Si examinamos nuestra conciencia, nos damos cuenta que nosotros cometemos pecados.  ¿Qué pasaría, decía el Padre Javier, si nuestros pecados fueran expuestos públicamente en el boletín parroquial semanalmente?  Tiene razón.  ¿Cómo quedaríamos frente al otro, con autoridad para señalar?  Todos fallamos, pero Dios nos perdona.  Siempre.

Esta semana, debemos recordar que Dios es misericordia.  Debemos mirar entonces los errores del otro, con misericordia.  No somos mejores que los demás.  Ni siquiera, mejores que los criminales públicos.  Cuidemos nuestros pensamientos y palabras.  

¡No juzguemos, examinémonos!

Si hemos seguido este programa de preparación para vivir con intensidad la Cuaresma, hablando bien del hermano, fraternizando en la familia, siendo generoso y responsable, compartiendo con el necesitado y esta semana siendo comprensivo con los errores de los demás; estaremos más dispuestos a vivir, plenamente el amor de Dios que se derrama continuamente sobre nosotros.  Si hasta el momento no hemos podido examinarnos, confesarnos y hacer algún signo que nos indique un cambio en la vida (más oración, ayuno, limosna):  
 
¡ÁNIMO!

LITURGIA PENITENCIAL
Templo Parroquial
 
Viernes 26 de marzo  7 - 8:30 p.m.
Durante la semana no habrá confesiones regulares pues los sacerdotes celebrarán confesiones en otras parroquias de la Vicaría.


Ahora la reflexión sobre el Evangelio de hoy del Pbro. Héctor Núñez, C.M.F.  (http://www.claret.org.mx/material/hector/homilias.htm) Ojalá esta meditación nos ayude a reflexionar sobre nuestras actitudes para ir mejorando cada día con la ayuda del Señor.
 
  V Domingo Cuaresma 2010: Jesús no nos juzga hoy, nos invita a arrepentirnos                                                                   

lunes, 15 de marzo de 2010

IV Domingo de Cuaresma 2010


Avanzamos ya en lo profundo de la Cuaresma.  Seguimos el ejercicio parroquial que esta semana nos propone: Compartir con el necesitado.  ¿Qué? lo que necesite...  Es que aveces ni pensamos en la otra gente, ni queremos volver a ver.  Otras veces pensamos, ¡pobrecito, pobrecita! y pasamos de lejos, de bien lejos.  Esta semana nos proponemos hacer un alto, revisar y cambiar esta actitud no cristiana.

Seguramente, hay alguien a quien ayudar sin que nos lo pida.  Los pobres habrán siempre nos dijo Jesús.  No es difícil encontrarlos, pongamos  un poquito de cuidado cuando la realidad nos grita: ¡estamos en todos lados! 

Puede ser que  estemos insensibilizados.  Vemos tanta maldad en los medios que nos abruman con muerte, odio, pobreza, calamidad; que estemos intoxicados...  Pero siempre a nuestro lado, hay personas con nombre y apellido, necesitadas.  De una caricia, de una palabra, de 10 minutos de escucha, de un almuerzo, de una cena, de un techo, de un trabajo, de una familia, de Dios... siempre hay, cerca y lejos, gente necesitada.  Encontrémosla.  Encontremos a Jesús en el otro.  Compartamos nuestro amor.  Compartamos nuestro tiempo.  Compartir es dividir, distribuir, participar.

¡Compartamos lo que más nos cuesta dar, a nosotros mismos!

Como hemos estado compartiendo una reflexión sobre los textos de cada domingo, hoy encontramos esta presentación del Pbro. Héctor Núñez, C.M.F.  (http://www.claret.org.mx/material/hector/homilias.htm) que nos puede ayudar a reflexionar e ilustrar nuestra meditación:
 IV Domingo Cuaresma 2010: el amor incondicional de nuestro Padre                                                                   

También podemos escuchar el Evangelio y una homilía en este enlace:

domingo, 7 de marzo de 2010

III Domingo Cuaresma 2010

 

Hoy en Tibás, confluye un mar de gente.  Está por iniciarse el concierto de Metállica.  Un mar de hombres.  ¡Cómo me gustaría que estuvieran alabando a Dios! Me ponía a pensar en ese evento y en la predicación de hoy.  ¡Qué fácil podríamos caer en juzgar a los otros en lugar de interceder!  Más bien, Jesús nos llama a una urgencia de conversión personal.  Me llama a mí. 

Este tercer domingo de Cuaresma nos proponemos ser generosos y responsables. ¿Cómo puedo ser generosa y responsable hoy? ¿Cuánto tiempo más tendrá paciencia Dios conmigo antes de ver frutos en mis manos? Eso último me resonó de nuevo durante la misa. ¿doy fruto yo, que le pido a los demás ver los frutos de su fe?

La generosidad debería ser material y espiritual.  Material porque compartir, debería ser: compartirme.  En mi tiempo, en mis cosas, en mi propia persona.  La responsabilidad debería ser la coherencia total con la fe en Jesucristo.  Es responsable el que cumple.  El que sabe qué puede y qué no.  El que conoce sus capacidades y las desarrolla.  El que sabe quién es.  El que quiere ser responsable.

Esta semana, profundizamos el camino a la Cruz, victoriosa.  Caminando con paciencia, todo lo podemos en Él, en quien confiamos.  Confiamos en quien no nos defrauda.
¡Démos! ¡Démos mucho! ¡Démonos sin preguntarnos qué hace el otro con lo que les damos! ¡¡Démos!! ¡Por amor a Cristo, démos!

Acá la reflexión de la tercera semana de Cuaresma del Monasterio de de Sant Benet en Montserrat en su sitio.  Les debo una disculpa, porque creí que era de monjes y es de monjas benedictinas, ¡el Señor las bendiga y haga santas! (http://www.benedictinescat.com/Montserrat/indexceramcast.html).

III Domingo Cuaresma 2010: Discernimiento divino                                                            

miércoles, 3 de marzo de 2010

Conversión


¿Qué es conversión?

En el camino de cuaresma, y de la vida la conversión es permanente.  Por eso aunque ya vamos por la segunda semana, quisiera compartir una brevísima reflexión desde la voz de nuestro Santo Padre.