Nos preparamos para la Liturgia Penitencial, entonces es indispensable examinarnos y ver nuestras acciones, pensamientos y omisiones que hemos cometido desde la última vez que nos confesamos. Nos confesamos en el Sacramento de la Reconciliación.
El objetivo de confesarse antes y no, durante la Semana Santa, es vivir plenamente los días Santos y disponer el corazón al Señor que nos salva, así que es muy importante aprovechar este día para realizar nuestra reconciliación con Él (El Precursor edición especial Semana Santa, #6, 2010).
Oración antes del examen de conciencia
Señor y Dios mío, que investigas los corazones y conoces las conciencias de los hombres: dame la gracia de examinar sinceramente y conocer verdaderamente la mía, de manera que descubra todas las malicias y pecados, para que confesándolos bien todos, y enmendándome de ellos, merezca tu perdón y gracia en la tierra y la entrada de la gloria en el cielo. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén
(Nuevo Devocionario, Pbro. José Luis Urritia S.J.)
GUÍA PARA EL EXAMEN DE CONCIENCIA
tomado de la Biblioteca Electrónica Cristiana
1. Cumplir con cada una de las partes de la Confesión:
a) Examen de Conciencia
b) Dolor de corazón
c) Propósito de enmienda
d) Confesión de boca
e) Satisfacción de obra
2. Tener presente la forma de confesarse:
a) Rito inicial:
Sacerdote: Ave María Purísima
Penitente: Sin pecado concebida. Bendígame padre porque he pecado. Hace … que hice mi última confesión. Mis pecados son los siguientes…
b) Cuerpo del sacramento
- El penitente confiesa sus propios pecados,
- escucha después la palabra del sacerdote;
- acepta la obra de penitencia que le es propuesta para satisfacción de sus pecados y para enmienda de su vida,
- manifiesta su arrepentimiento recitando el ACTO DE CONTRICCIÓN con la siguiente fórmula:
Señor Jesús, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
reconcíliame con el Padre por la gracia del Espíritu Santo;
purifícame de todos mis pecados
y haz de mi un hombre nuevo. Amén.
que quitas el pecado del mundo,
reconcíliame con el Padre por la gracia del Espíritu Santo;
purifícame de todos mis pecados
y haz de mi un hombre nuevo. Amén.
- finalmente el sacerdote da la absolución al penitente.
c) Despedida
Sacerdote: El Señor ha perdonado tus pecados. Vete en paz.
Examen de Conciencia
Examínate —ayudado por estas preguntas— ¿qué pecados has cometido desde tu última confesión? Trata de no quedarte en lo exterior, sino en las actitudes del corazón y las omisiones.
RUPTURA CON DIOS:
¿Amo en verdad a Dios con todo mi corazón o vivo más pegado a las cosas materiales?
¿Me he preocupado por renovar mi fe cristiana a través de la oración, la participación activa y atenta en la misa dominical, la lectura de la Palabra de Dios, etc.? ¿Guardo los domingos y días de fiesta de la Iglesia? ¿He cumplido con el precepto anual de la confesión y la comunión pascual?
¿Tengo una relación de confianza y amistad con Dios, o cumplo solamente con ritos externos?
¿He profesado siempre, con vigor y sin temores mi fe en Dios? ¿He manifestado mi condición de cristiano en la vida pública y privada?
¿Ofrezco al Señor mis trabajos y alegrías? Recurro a Él constantemente, o ¿sólo lo busco cuando lo necesito?
¿Tengo reverencia y amor hacia el nombre de Dios o le ofendo con blasfemias, falsos juramentos o usando su nombre en vano?
RUPTURA CONMIGO MISMO:
¿Soy soberbio y vanidoso? ¿Me considero superior a los demás?
¿Busco aparentar algo que no soy para ser valorado por otros? ¿Me acepto a mi mismo, o vivo en la mentira y el engaño? ¿Soy esclavo de mis complejos?
¿Qué uso he hecho del tiempo y de los talentos que Dios me dio? ¿Me esfuerzo por superar los vicios e inclinaciones malas como la pereza, la avaricia, la gula, la bebida, la droga?
¿He caído en la lujuria con palabra y pensamientos impuros, con deseos o acciones impuras?
¿He realizado lecturas o asistido a espectáculos que reducen la sexualidad a un mero objeto de placer?
¿He caído en la masturbación o la fornicación? ¿He cometido adulterio?
¿He recurrido a métodos artificiales para el control de la natalidad?
RUPTURA CON LOS HERMANOS Y CON LA CREACIÓN:
¿Amo de corazón a mi prójimo como a mi mismo y como el Señor Jesús me pide que lo ame?
¿En mi familia colaboro en crear un clima de reconciliación con paciencia y espíritu de servicio? ¿Han sido los hijos obedientes a sus padres, prestándoles respeto y ayuda en todo momento? ¿Se preocupan los padres de educar cristianamente a sus hijos y de alentarlos en su compromiso de vida con el Señor Jesús?
¿He abusado de mis hermanos más débiles, usándolos para mis fines?
¿He insultado a mi prójimo? ¿Lo he escandalizado gravemente con palabras o con acciones?
Si me han ofendido, ¿sé perdonar, o guardo rencor y deseo de venganza?
¿Comparto mis bienes y mi tiempo con los más pobres, o soy egoísta e indiferente al dolor de los demás? ¿Participo de las obras de evangelización y promoción humana de la Iglesia?
¿Me preocupado por el bien y la prosperidad de la comunidad humana en la que vivo o me paso la vida preocupado tan sólo de mi mismo? ¿He cumplido con mis deberes cívicos? ¿He pagado mis tributos?
¿Soy envidioso? ¿Soy chismoso y charlatán? ¿He difamado o calumniado a alguien? ¿He violado secretos? ¿He hecho juicios temerarios sobre otros?
¿Soy mentiroso?
¿He hecho algún daño físico o moral a otros? ¿Me he enemistado con odios, ofensas o peleas con mi prójimo? ¿He sido violento?
¿He procurado o inducido al aborto?
¿He sido honesto en mi trabajo? ¿He usado rectamente de la creación o he abusado de ella con fines egoístas? ¿He robado? ¿He sido justo en la relación con mis subordinados tratándolos como yo quisiera ser tratado por ellos? ¿He participado en el negocio o consumo de drogas? ¿He caído en la estafa o el fraude?
¿He recibido dinero ilícito?
Pasos para una buena confesión
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