Hoy en Tibás, confluye un mar de gente. Está por iniciarse el concierto de Metállica. Un mar de hombres. ¡Cómo me gustaría que estuvieran alabando a Dios! Me ponía a pensar en ese evento y en la predicación de hoy. ¡Qué fácil podríamos caer en juzgar a los otros en lugar de interceder! Más bien, Jesús nos llama a una urgencia de conversión personal. Me llama a mí.
Este tercer domingo de Cuaresma nos proponemos ser generosos y responsables. ¿Cómo puedo ser generosa y responsable hoy? ¿Cuánto tiempo más tendrá paciencia Dios conmigo antes de ver frutos en mis manos? Eso último me resonó de nuevo durante la misa. ¿doy fruto yo, que le pido a los demás ver los frutos de su fe?
La generosidad debería ser material y espiritual. Material porque compartir, debería ser: compartirme. En mi tiempo, en mis cosas, en mi propia persona. La responsabilidad debería ser la coherencia total con la fe en Jesucristo. Es responsable el que cumple. El que sabe qué puede y qué no. El que conoce sus capacidades y las desarrolla. El que sabe quién es. El que quiere ser responsable.
Esta semana, profundizamos el camino a la Cruz, victoriosa. Caminando con paciencia, todo lo podemos en Él, en quien confiamos. Confiamos en quien no nos defrauda.
¡Démos! ¡Démos mucho! ¡Démonos sin preguntarnos qué hace el otro con lo que les damos! ¡¡Démos!! ¡Por amor a Cristo, démos!
Acá la reflexión de la tercera semana de Cuaresma del Monasterio de de Sant Benet en Montserrat en su sitio. Les debo una disculpa, porque creí que era de monjes y es de monjas benedictinas, ¡el Señor las bendiga y haga santas! (http://www.benedictinescat.com/Montserrat/indexceramcast.html).
0 comentarios:
Publicar un comentario