La Virgen también sufrió. Con ella aprendemos a vivir el sufrimiento, con ella aprendemos a hacer fecundo el sufrimiento. La meditación de sus siete dolores nos ayuda poner en perspectiva nuestros grandes y pequeños sufrimientos para unirnos con aquella, que nos guía y acompaña en el camino de santidad. ¿Qué hago con mis sufrimientos, con mis angustias? ¿Vuelvo los ojos al cielo?
Day 5 – Mary, Undoer of Knots Novena | 2024
Hace 12 horas
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