sábado, 16 de junio de 2012

Paraliturgia al Sagrado Corazón: El agradecimiento al Señor -16-




Día 16. El agradecimiento al Señor


Canto inicial



Lectura evangélica

"Y en esto, un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos y muy rico, trataba de ver quién era Jesús, pero no podía, por la gente, porque era pequeño de estatura..  Corrió a adelantarse, y se subió a un sicomoro para verle, porque iba a pasar por allí.  Y Jesús, cuando llegó al sitio, levantando la mirada hacia él, le dijo: Zaqueo, baja de prisa, porque hoy debo quedarme en tu casa.  El bajó corriendo y le recibió con alegría.  Al verlo, todos murmuraban:  Entra a hospedarse con un hombre pecador.  Pero Zaqueo se puso ante el Señor y dijo: Mira, la mitad de mis bienes, Señor, la doy a los pobres, y si he defraudado a alguien, le devuelvo cuatro veces más" (Lc 19, 2-8).

Homilía

Merece particular consideración este capítulo fundamental de la oración. ¿Nos damos cuenta de cuántas cosas buenas hemos recibido y constantemente recibimos de Dios? ¿Qué sentimos nosotros si con todo cariño nos volcamos beneficiando a una persona, y luego ni nos da las gracias? ¡Pues qué sentirá el Corazón de Cristo, que nos ha creado, hasta ha sido traspasado por nosotros, y ni se lo agradecemos?  Pensemos un momento cómo deberíamos estar reconocidos y archiagradecidos a tanto bien recibido, y con tan impornderable amor.  Como deberíamos decir, siguiendo el ejemplo de Zaqueo, agradecidos y penetrados de afecto: Toma y recibe, Señor, todo cuanto soy y tengo.  Tú me lo has dado, y en agradecimiento yo lo pongo en tus manos para usarlo sólo como Tú quieras.

Recordarlo, y decirlo, y sentirlo: al abrir nuestros ojos a los millones de distintos rayos que captamos, al realizar los miles de movimientos de nuestro cuerpo, al notar el calor del sol y la caricia de la brisa, al vernos reyes de los incontables productos de la naturaleza y de la industria, al adquirir nuevos conocimientos y experiencias, al estar con las personas queridas... ¡al pensar que somos hijos de Dios y esperar la posesión plena de su indecible felicidad!  Aun cuando nos falte algo ¿caemos en la cuenta de todo lo demás que tenemos?

Meditación personal

¿Qué me dijo hoy Dios a través de esta lectura y meditación? ¿Cómo puedo aplicarlo a mi vida diaria?

Oración de los fieles

Al celebrar hermanos, el amor infinito de Jesucristo, nuestro Dios y Señor, supliquemos humildemente al Padre de la misericordia.

Para que mande operarios a su mies y ministros a su Iglesia,

roguemos al Señor. - Te rogamos óyenos.

Por la santa Iglesia de Dios nacida del Corazón de Cristo: para que anuncie a todos los pueblos el amor de Dios a los hombres,

roguemos al Señor.

Por nuestro Santo Padre el Papa Benedicto XVI, con su firmeza de roca apostólica, gobierne paternalmente al pueblo santo de Dios,

roguemos al Señor.

Por todas las naciones y sus habitantes: para que vivan en la justicia y se edifiquen en la caridad.

roguemos al Señor.

Por los miembros de nuestra comunidad: para que sepamos amarnos mutuamente y reine entre nosotros la humildad y la comprensión,

roguemos al Señor.

Oh Dios, que nos has manifestado tu amor en el Corazón de tu Hijo: muéstranos también tu inmensa bondad escuchando las oraciones de tu pueblo.

Por el mismo Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

Bendición


Canto final


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